Espectáculos

La mano que aprieta

▲ Fotograma de la cinta australiana de los hermanos Danny y Michael Philippou.

N

adie duda que el cine de horror está en una buena racha. Son varios los títulos satisfactorios surgidos en tiempos recientes y ahora se añade una inquietante aportación australiana, Háblame, de los hermanos gemelos Danny y Michael Philippou.

Conocidos por sus videos chocantes, en el canal RackaRacka de YouTube, los Philippou han debutado en el cine con un producto típico de la moda. Es horror de una sola premisa, precedida por un prólogo, resuelto con economía de medios. Toda ella gira en torno a una mano embalsamada y envuelta en cerámica que, supuestamente, perteneció a un médium y posee la facultad de convocar a los espíritus.

Por supuesto, es una variante de la tabla ouija. O sea, es un imán para que jóvenes ociosos jueguen al ocultismo que, como siempre, se saldrá de control y tendrá nefandos efectos. En este caso es una chica aborigen llamada Mía (Sophie Wilde), algo marginada por un grupo de preparatorianos, quien acepta participar en el ritual, acompañada de sus mejores amigos, el menor Riley (Joe Bird) y su hermana Jade (Alexandra Jensen). Claro, ahora el chiste es registrar todo con los celulares para subirlo a Instagram, Snapchat, Facebook o lo que ustedes quieran.

El ritual consiste en tomar la mano, decir háblame, seguido por la frase Te dejo entrar. Eso sí, el anfitrión Joss (Chris Alosio) advierte que la experiencia no debe rebasar los 90 segundos. Mía encuentra tan fascinante eso de ver espíritus putrefactos, que de inmediato quiere más. Sobre todo, porque su madre murió de propia mano hace dos años.

Cuando Riley prueba el ritual, a instancias de Mía, el asunto se vuelve horriblemente autodestructivo y el adolescente deberá ser hospitalizado. Su estricta madre Sue (Miranda Otto) sospecha que fue por culpa de las drogas. Para redimirse y poder hablar con su propia madre (Alexandria Steffensen) llevará el experimento a sus últimas consecuencias.

Háblame funciona sobre todo en su primera parte cuando nos introduce al peligro inherente de evocar las fuerzas del mal, entre frívolos miembros de la generación Z. De hecho, el sacrificio de Riley es la secuencia más perturbadora de la película, así como la visión infernal de su posterior castigo.

Después, debido a un guion con sus debilidades, la cosa se vuelve incluso confusa, pues ignoramos qué tanto se han escapado los espíritus malignos y por qué Mía parece ser la única afectada por ello. Eso sí, la resolución final se ve venir a la distancia.

La película es oscurísima, hasta durante las escenas diurnas. A nadie en la noche se le ocurre prender la luz. Todo sea en nombre de la atmósfera. (Curiosamente, la acción climática es la única iluminada, en contradicción de lo usual en el género).

No obstante sus puntos flacos, digamos que los hermanos Philippou han debutado con el pie derecho. ¿O más bien demuestran tener buena mano?

Háblame

( Talk to Me)

D: Danny y Michael Philippou / G: Danny Philippou, Bill Hinzman, basado en un concepto de Daley Pearson / F. en C: Aaron McLisky / M: Cornel Wilzeck / Ed: Geoff Lamb / Con: Sophie Wilde, Joe Bird, Alexandra Jensen, Miranda Otto, Chris Alosio / P: Bankside Films, Causeway Films, Head Gear Films, Metrol Technology, Screen Australia. Australia, 2022.

X: @walyder



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